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jueves, 14 de abril de 2011

Psicoanálisis

Dicen las malas lenguas que el psicoanálisis no está de moda, que ha caducado. Mi experiencia cotidiana me cuenta otra cosa. Cada vez conozco a más gente que necesita de un espacio propio en el que poder hablar de sí mismo sin prisas y en profundidad. Personas que necesitan escucharse. Cada vez hay más personas entusiasmadas con el proyecto de adentrarse minuciosamente en su pasado para poder cambiar su futuro. Cada vez hay más personas que buscan algo más que la efímera eficacia de lo inmediato. A veces resulta lento, largo, caro y doloroso, pero el psicoanálisis es apasionante y sus logros son firmes y duraderos.
Confieso que yo también sueño con curas milagrosas. Reconozco la utilidad de otros enfoques, de otras técnicas que eliminan el sufrimiento inmediato, pero no son capaces de liberar a la persona de determinadas maneras de pensar, de querer y de relacionarse.
La experiencia me ha demostrado que el psiquismo humano no funciona de cualquier manera, que la magia se evapora como espuma, mientras que el núcleo duro y ciego del inconsciente sigue haciendo de las suyas. El inconsciente es el único lugar en el que el camino más corto entre dos punto no es la línea recta de las buenas intenciones, sino las espirales de los sueños, de los traspiés del lenguaje, de la infancia, de las historias personales,..

miércoles, 30 de marzo de 2011

"Los 5 Grandes"

Una de las formas para estudiar la personalidad de los individuos es hacerlo partiendo de la base de que ésta se mantiene estable a lo largo de todo nuestro ciclo vital.

Los autores que investigaron sobre esto fueron Costa y McCrae en 1980; investigaron sobre cuáles eran los rasgos esenciales de la personalidad, llegando a la conclusión de que existen básicamente cinco, conocidos desde entonces como "Los 5 Grandes".
Estos cinco rasgos de los que nos hablan muestran una tendencia clara a la estabilidad y son: neuroticismo (indica una inestabilidad emocional, hostilidad, inquietud, timidez,..); apertura a la experiencia (describe a las personas que están dispuestas a emprender nuevas actividades, que aprecian la belleza y cuestionan los valores tradicionales); extraversión (indica calidez, carácter sociable, búsqueda de actividades excitantes, disfrutan de la vida); rectitud (personas competentes, ordenadas, cumplidoras del deber, concienzudas, disciplinadas, que tienden al éxito social); afabilidad (personas en las que se puede confiar, altruistas, sinceras, modestas y condescendientes).

Todo esto, no indica que la personalidad se mantenga permanente a lo largo de los años de manera radical, de hecho, pueden producirse cambios debido a exigencias o situaciones traumáticas. De este modo, los rasgos de personalidad se conviertesn en modos de afrontar la vida, es decir, cada uno se adapta a su contexto en función al rasgo de personalidad que posea.
Este estudio de Costa y McCrae ha dado lugar a multitud de investigaciones posterior en distintos países.
En España, el centro de investigacion y dirección se encuentra en la Facultad de Psicología de La Universidad Pontificia de Salamanca.

Delis

miércoles, 23 de febrero de 2011

Huarte de San Juan.

La psicología española, por acuerdo de los Decanos de sus Facultades, en 1983, escogió a Juan Huarte de San como su patrono, y eligió como su fiesta universitaria el día en que salió de la imprenta el "Examen de ingenios para las ciencias", el 23 de febrero.

Huarte de San Juan es el primer personaje, no canonizado y con obras censuradas y prohibidas por la Santa Inquisición, sobre el que recae el honor, de manera inhabitual, del patronazgo en una disciplina.
Se considera así que ha sido una de las figuras destacadas que ha influido en el desarrollo y origen posterior de la Psicología en nuestro país.


domingo, 23 de enero de 2011

Genes - Ambiente.

La palabra "personalidad" hace referencia a la forma en que una persona siente, piensa y se comporta, sobre todo en lo que se refiere a la forma de tratar a los demás. El concepto es obviamente importante en psicología y sobre él se han elaborado multitud de teorías.

Ya Hipócrates distinguía cuatro tipos básicos: sanguíneo, melancólico, colérico y flemático, relacionados con cuatro tipos de secreciones internas o "humores": sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema.

Hoy en día, la pregunta que surge es evidente: ¿podrían los genes influir en la personalidad de cada individuo?. Dicha pregunta choca frontalmente con ideas profundamente asimiladas en nuestra sociedad y propuestas inicialmente por Freud. Según las teorías freudianas, la personalidad del individuo se forja en los primeros años de vida a consecuencia de determinadas experiencias. Lo que vemos en el adulto sería el resultado de la resolución de ciertos conflictos, tales como "el control de esfínteres" o "el complejo de Edipo". La idea de que los padres y el contexto familiar son enteramente responsables de la personalidad de los hijos se encuentra firmemente arraigada en nuestras creencias colectivas.

Esta hipótesis no había sido sometida a una contrastación seria hasta que se popularizaron los estudios de gemelos criados aparte y de adopción. Si la personalidad está absolutamente determinada por el ambiente familiar y nada por los genes, esperaríamos que los niños adoptados se parecieran más a sus padres y hermanos adoptivos que sus parientes biológicos, de los que puede que no sepan ni siquiera que existen.

Estos estudios nos muestran que los rasgos de la personalidad tienen una heredabilidad de un 50%. El otro 50% podría distribuirse en dos partes: la influencia familiar y la suma de experiencias que resultan únicas para el individuo.
Esto no quiere decir que los padres no tengan efecto sobre la personalidad de sus hijos. Es posible que los abusos de los padres dejen secuelas psicológicas graves sobre los hijos. Lo que indican estos estudios es que los padres normalmente no hacen esto, al menos aquellos que participan en este tipo de estudios, y que la influencia de los padres sobre la personalidad de los hijos es, normalmente, mucho menos de lo que se esperaba.