viernes, 13 de enero de 2012

Otra crítica, Rafael Lechowski. Tentaciones, El País.

Hace casi una década, en las páginas del Tentaciones, apostamos por una serie de talentos precoces. En la lista estaba Juan José Ballesta como actor y en el apartado musical nombres como Flowklorikos, un dúo zaragozano en el punto de mira gracias a un álbum impropio de su edad llamado Zerdos y diamantes. Como grupo tuvieron un andar errático, pero Rafael Lechowski, su Mc y estandarte, sigue desde entonces con paso muy firme.
En el 2007 se ganó un cum laude con un disco que se codeó con lo mejor del continente, para justo después volver a salirse de la norma y empezar a experimentar en escenarios de toda índole junto a una banda de jazz. Con esa idea entre ceja y ceja, la misma que ahora explota otro grande como Kase O (Violadores del Verso), cuatro años después Lechowski revisa de arriba a abajo ese mismo trabajo más tres piezas extra (de descarga gratuita en su propiaweb).
Ahora le acompaña la banda Glaç, quienes aportan batería, piano, bajo, saxos, contrabajo y guitarras, para dar un nuevo tinte, tan elegante como taciturno, a esta oda a la introspección, al hastío y a cierta resignación. “No se lo que quiero ser / hay un agujero en mi bolsillo / que ni me apetece coser” o “Me estoy matando / bebiendo y fumando / engañando al tiempo / para soñar despierto / y morir soñando” son algunas de las rimas que borda una voz marcada por un exilio forzado de su Polonia natal y el temprano fallecimiento de su padre. Rimas para callar a quien diga que el hip hop patrio no tiene valor literario y para mantener en el podio a un tipo de sólo 27 años con mucha tinta que gastar.





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